___Día tras día, los amores muertos no terminan de morir___

viernes, 11 de mayo de 2012

Memento mori

Por primera vez siento el tiempo como un latido, los segundos bombean en mi pecho de forma certera, los numerosos misterios que en otro tiempo parecieron distantes e irreales amenazaron la claridad en presencia de una verdad albergada no en la juventud sino solo en su paso. Al decir estas palabras siento como si se me quitara un peso de encima porque se que tu las leerás y compartirás mi carga, pues ya no confío en nadie más. Saber que conoces mi corazón, que profundizaras en el encontrando allí recuerdos y experiencias que te pertenecieron, que son tuyos, me sirve de consuelo ahora, mientras siento como se liberan las ataduras y se oscurecen las perspectivas de continuar un viaje que comenzó no hace mucho tiempo, que reemprendí con la fe vacilante y que se fue fortaleciendo por tus convicciones, de no ser por ello es muy posible que a partir de ahora no tuviera el valor ni la fuerza de tenerte frente a mi y mirarte, incompleta, confiando en que me perdones por no continuar el resto del viaje contigo

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